Cuando un niño está enojado y frustrado, y parece estar portándose mal, ¿es un berrinche o una crisis emocional? Muchas personas utilizan estos términos indistintamente. Los berrinches y las crisis son diferentes, aunque se parezcan. La manera de manejarlos depende de cuál sea.
Conozca cómo distinguir una rabieta de una crisis emocional.
Berrinche
Crisis emocional
Qué es
Un estallido por enojo o frustración
El niño podría gritar, llorar, agredir y contener la respiración
Por lo general el niño tiene cierto control de su comportamiento durante un berrinche
La conducta tiende a parar cuando el niño obtiene lo que quiere. Sin embargo, los berrinches se pueden convertir en crisis emocionales
Una reacción a sentirse abrumado
El niño podría gritar, llorar, agredir, huir y/o encerrarse en sí mismo y aislarse
Las crisis emocionales están fuera del control del niño
La conducta suele terminar cuando el niño se agota o cuando hay un cambio en la cantidad de estimulación sensorial
Qué lo desencadena
El deseo de conseguir algo, evitar algo o provocar una reacción específica
Frustración
No ser capaz de comunicar las necesidades y los deseos
Sobrecarga sensorial, de información o emocional
Frustración intensa
Cambios repentinos en las rutinas o las expectativas
No ser capaz de comunicar las necesidades y los deseos
Señales que puede observar
Usted sabe lo que su hijo quiere o a qué está reaccionando
Su hijo decide adoptar cierto comportamiento
Es capaz de poner atención a lo que sucede a su alrededor
Observa las reacciones de otras personas y ajusta su comportamiento de acuerdo a ellas
Puede que esté intentando negociar una solución mientras grita
Su comportamiento termina cuando obtiene (o no obtiene) lo que quiere o evita hacer lo que no quería hacer
Puede que usted no sepa lo que su hijo quiere o ante qué está reaccionando
Pareciera que su hijo no tiene control sobre su comportamiento y está muy nervioso
Se niega a escuchar o intenta escapar. No es capaz de procesar lo que ocurre a su alrededor
No responde a las reacciones o intentos de las personas de comunicarse con él
Pierde su capacidad de resolver problemas y negociar soluciones
Necesita tiempo para tranquilizarse y recuperarse, inclusive después que la situación que ha sido resuelta